Romería Vikinga de Catoira, Pontevedra

Esta Romería Vikinga, fiesta profana que rememora el papel que tuvo este pueblo en la defensa de Galicia frente a los ataques de los piratas normandos y sarracenos que iban en busca del tesoro de la Iglesia de Santiago de Compostela. En ella se escenifica el recuerdo de las invasiones de los guerreros vikingos y sus naves "drakkars".
En las Torres de Oeste, típicas de la localidad de Catoira, y solar que fue asentamiento romano con vestigios de torres medievales, encontramos recuerdos de una historia bonita, a pesar de ser de lucha, en los que los gallegos de este pueblo defendían sin cesar el tesoro compostelano.
Durante la celebración, tanto los habitantes del lugar como los visitantes que deseen, se disfrazan a modo de guerreros vikingos y sobre una nave vikinga (Drakkar) simulan el ataque que aconteció en el pueblo y el posterior desembarco de esos pueblos del norte cerca de la zona de las Torres del Oeste.
La ría de Arousa era uno de los lugares preferidos por los vikingos para fondear sus naves, ya que pretendían alcanzar Compostela remontando la desembocadura del río Ulla. De estas Torres declaradas de Interés Nacional hoy sólo quedan restos de dos de las siete que hubo.

Estamos ante una fiesta colorista, con escaramuzas, humo y, finalmente, un confraternal convite de mejillones, pulpo, churrasco, paellas de marisco, y una gran cantidad de vino tinto de la región de Ulla. Todo ello dispuesto en tenderetes a lo largo de Catoira, tenderetes que, de igual modo,ofrecen uno de los objetos que año tras año más éxito tiene: un jarro de barro esmaltado y de escasas dimensiones con un cordón para llevarlo colgado del cuello.
La gente disfruta rememorando este episodio histórico. Es un mirar hacia atrás sin ira, un vivir la tradición y disfrutar de la vida. Una fiesta, sin duda alguna, digna de ser disfrutada y conocida, una fiesta original a la par que histórica allá donde las haya.
La Romería Vikinga, dado su valor, atrae anualmente a miles de espectadores provenientes no sólo de Galicia, ni de España, sino todo el mundo...
Una fiesta totalmente laica, tal vez la única de este tipo en Galicia, y tremendamente espectacular, en la que se entremezcla el episodio histórico con las jornadas gastronómicas.