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Castro de Baroña

Porto do Son (Rias Baixas), A Coruña

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Castro de Baroña. El mejor ejemplo de Castro Maritico

Situado en una península rocosa, es el más típico ejemplo de castro de tipo marítimo, tanto por su ubicación como por la forma de vida de sus residentes.

Nada mas acercarnos al Castro se puede apreciar su carácter y singularidad. Pero su belleza real no reside en sus muros o sus construcciones (en óptimo estado de conservación) sino en el lugar elegido para su ubicación. Una península rocosa rodeada de abruptos acantilados en su borde marítimo y en su único acceso posible por tierra, la parte más débil y accesible, nuestros antepasados levantaron un triple muro de hasta un metro de espesor.
Teniendo en cuenta los medios de la época, este castro era todo un bastión de resistencia, preparado para sufrir los asedios, tanto de tribus rivales como incluso el ataque de ejércitos.
Las construcciones que nos encontramos -dentro de sus muros de fortificación y con garita de vigilancia- se sitúan en dos niveles separados por otra muralla con escaleras y puerta de acceso incluidas. Las construcciones de la parte inferior son ligeramente más pequeñas que las de la zona superior. Casi todas son de forma circular, bancal corrido y sin puerta de entrada.
La economía castreña tenía una fuerte dependencia de los recursos de su entorno. Los restos aquí encontrados, nos hablan de los fuertes lazos de unión de sus habitantes con el mar, aunque sin descuidar la actividad agrícola y ganadera. Su actividad pesquera no se limitaba a recoger mariscos y moluscos de la playa y los acantilados,

también pescaban. Se han encontrado aparejos de pesca e incluso anzuelos, casi idénticos a los utilizados hoy día, y restos de espinas y vértebras de pescados como rodaballo, merluza, dorada, jurel, etc. No hay restos de embarcaciones, pero la lógica y los restos de pescados y mariscos propios de aguas profundas, y también la aparición de castros en islas lejanas a la consta, nos hace pensar que disponían de ellas.
Respecto a la agricultura, menor en este castro, se limitaba a la recogida de frutos y pequeños cultivos de cereales en los terrenos cercanos. La ganadería era más prolifera. Por los restos encontrados de cuernos, dientes y huesos, tenían cerdos, cabras, caballos, vacas y además perros como animal doméstico.
La minería y la metalurgia también se desarrollaron en Baroña. Disponían de horno o función y trabajan en mayor media el bronce, pero también el oro y hierro. Los restos encontrados además nos indican que ensayaban la metalurgia con cobre, estaño y plomo.
Su situación, el excepcional estado de conservación, el sonido del mar y la infinidad de pequeños detalles, nos harán regresar a su época de mayor esplendor…y hará que la visita a este castro sea inolvidable.
Ocupación: de los siglos I aC, al I dC.

Localización