Villa Romana de Toralla
Vigo (Rias Baixas), Pontevedra
Villa Romana de Toralla de entre los años 300 a 450 d.C
Los primeros vestigios de esta villa romana fueron detectados a partir de los 1920.
Los primeros vestigios de esta villa romana fueron detectados por la familia Mirambell, por aquel entonces propietaria de la finca, a partir de los años 20 del siglo XX. En el año 1992, el Concello de Vigo recuperó la titularidad de la finca y promovió la realización de importantes excavaciones.
La villa en sí no es especialmente rica en comparación con otras construcciones de la meseta que muestran una gran riqueza en sus mosaicos. Sin embargo, se invirtió en dotaciones lúdicas como las termas que ocupan un 20% del complejo, lo que indica que este yacimiento a nivel galaico-romano representaría una casa rica.
La entrada principal se sitúa en el centro de la fachada desde la que se accede a un hall de recepción. También se puede entrar a otras estancias como el comedor, los dormitorios,
el almacén, la cocina y el asombroso complejo termal que consta de tres salas, una fría (frigidarium), otra templada (tepidarium) para pasar finalmente a la caliente (caldarium), ambas dotadas de sendas bañeras cuadrangulares. Para dar calor a estos recintos, en la parte inferior, se encuentra en hipocausto, una cámara subterránea constituida por unas columnas de ladrillo entre las que circulan las llamas producidas en un horno exterior.
La construcción data de entre los años 300 ó 450 d.C., y se supone que el abandono fue causado por el avance de la arena de las dunas, responsable del enterramiento de las ruinas hasta el siglo XX. Por otra parte, se tiene constancia de hallazgos de restos fúnebres en la Isla de Toralla, que supuestamente sirvió como cementerio romano.